20 agosto 2016

Los rusos usan aeropuertos iraníes

Aviones rusos bombardean bases terroristas sirias desde aeropuertos iraníes


Gustavo Morales

Rusia ha hecho público que está lanzando ataques aéreos, desde las proximidades  de la ciudad iraní de Hamedan, contra objetivos terroristas en tres provincias del norte y del este de Siria. De esta forma los bombarderos rusos TU-22M3 pueden llevar más carga de bombas, reduciendo la de combustible al usar el aeródromo
al sur de la capital iraní, Teherán.

El pasado 17 de agosto el ministro de Exteriores ruso, Sergey Lavrov, rechazó las alegaciones del portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Mark Toner, que acusó a Rusia de operar en Irán violando las resoluciones de Naciones Unidas que prohíben el suministro de recambios, la venta y la transferencia de aviones de combate a Irán a menos que lo apruebe el Consejo de Seguridad.
Lavrov dijo que no había nada de eso y recalcó que la Fuerza Aérea rusa solo está usando las facilidades de los aeropuertos de Irán. Lavrov dijo que Washington ignora lo que está ocurriendo realmente: "En el caso que debatimos ahora no hay suministro, venta ni transferencia de aviación de combate a Irán. Los aviones están siendo usados por las fuerzas aéreas rusas con el consentimiento iraní dentro de una operación antiterrorista en Siria a requerimiento del gobierno legal sirio con el que también coopera Irán”.

En los mismos términos se expresó el portavoz del parlamento de la República Islámica de Irán, Alí Larijani, un día después de que Moscú anunciase que estaba
lanzando ataques aéreos sobre los terroristas en Siria desde Irán.

Teherán permite a los aviones de combate rusos que tomen tierra y despeguen en su territorio durante las misiones de bombardeo en Siria contra los grupos terroristas musulmanes. Esto desvela una profunda cooperación entre las dos potencias comprometidas seriamente en la guerra civil siria.

La constitución de Irán de 1979 prohibe la instalación de bases militares extranjeras en su territorio.
Larijani, el portavoz del Majlis persa, afirmó:  “No hemos dado una base militar a nadie. El hecho de que cooperemos con Rusia como nuestro aliado en asuntos regionales, específicamente siria, no significa que hayamos dado una base militar a los rusos. Si algún medio lo afirma, yo lo niego”.

El exministro de Exteriores iraní, Ali Akbar Velayati, ahora consejero del líder supremo, Ali Jamenei, destacó que la planificación conjunta para operaciones de castigo a los terroristas que operan en Siria comenzó hace tiempo entre Moscú y
Teherán. Ambos tienen lazos estratégicos que se materializan en esa cooperación militar. Velayati señaló que “en los últimos meses Irán y Rusia han alcanzado varios acuerdos para afrontar la invasión (de grupos armados de oposición en Siria). La cooperación militar es parte de esos acuerdos. Esa cooperación requiere de lazos estratégicos con Rusia para combatir el terrorismo y la invasión de Estados Unidos y sus aliados contra nuestros aliados de la cadena de la resistencia”. Esa cadena está formada por el grupo libanés Hezbollah y otros grupos apoyados por Irán en la región.


Mark Toner, portavoz del Departamento de Estado norteamericano, dio que los bombarderos realizados por los rusos en los alrededores de Alepo no ayudan a solventar la situación. Toner también dijo que los miembros del Grupo Internacional de Apoyo a Siria (ISSG en sus siglas en ingés)  “tienen sus propios motivos” para buscar una solución al conflicto sirio, un consenso basado en medios diplomáticos. 

Rusia e Irán incrementan su cooperación al estar sometidos a un aislamiento por parte de Washington. Esto lanza un mensaje claro a EEUU y a las monarquías del Golfo Pérsico.

14 agosto 2016

Turquía mira hacia Oriente

¿Es sincera la nueva actitud del presidente Erdogan? 

Gustavo Morales

Su acercamiento a Moscú tras las disculpas explícitas por el derribo, el pasado 24 de noviembre, del cazabombardero Sukhoi-24 ruso y el consiguiente encarcelamiento de los pilotos
turcos que lo derribaron, los héroes de ayer son los villanos de hoy, responde al quebranto económico tras el corte de las relaciones económicas y comerciales con la Federación rusa. La caída vertiginosa del turismo y de las importaciones rusas han hecho mella en las finanzas turcas. Pero no ha sido lo único. También responde a la necesidad que tiene de desarrollar el programa nuclear de Akkuyu y a la construcción del gaseoducto Tuskish Stream, capaz de transportar 63.000 millones de metros cúbicos anuales, para cobrar sus gabelas por el paso de la energía rusa hacia Europa. Turquía obtenía el 55% de sus requerimientos de gas y la tercera parte de los de petróleo vía Rusia. Las pérdidas turcas superan, con mucho, los diez mil millones de dólares. También las empresas constructoras turcas llevaron adelante proyectos muy importantes en la capital rusa: La compañía Enka renovó el edificio de la Duma Estatal, mientras que  Renaissance Construction construyó la oficina principal de Gazprom en San Petersburgo.
Ankara cumple con las condiciones impuestas por Putin, expresadas por el secretario de prensa del Kremlin, Dmitri Peskov: pedir perdón, compensar los daños y el castigo de los pilotos culpables.
Pero no es la única ocasión en que diversos sátrapas, como el extinto sha Reza Pahlevi, orquestan un acercamiento a Moscú para obtener ventajas de Occidente. Erdogan tiene prisa, no está contento con la demora de eliminar los visados a los turcos que la Unión Europea había prometido para el pasado mes de junio sin cumplir su palabra tras sucesivas demoras. El europeísmo de su exprimer ministro Davotoglu acabó con su destitución al fallar el chantaje de los refugiados sirios e iraquíes sobre Berlín.
Erogan ha tenido una carrera fulgurante, dos años después de crear su partido fue primer ministro, ahora es presidente y sueña con borrar la herencia de Mustafá Kemal Al Ataturk y volver al pasado imperial de los otomanos. Ahora vuelve su mirada hacia oriente, se entrevista con Vladimir Putin en el antiguo Leningrado,
hoy San Petersburgo y se anuncia la visita del ministro iraní de Exteriores a Ankara. A la vez, retoma la relación con el estado de Israel y olvida el incidente, en mayo de 2010, en que murieron varios turcos de la flotilla de ayuda a Gaza.

Queda Siria, donde Turquía ha sido muy activa en el apoyo logístico, transporte y armamento, a los grupos takfieríes que pretendían derrocar al presidente Al Assad. También las denunciadas, en su momento, compras de petróleo robado en Siria e Irak que denunciaron los satélites rusos acusando directamente al hijo de Erdogan de beneficiarse de ese comercio. Allí, el presidente turco tendrá que dar un giro de 180 grados en su política, lo que debilitará su alianza de hecho con la Casa de Saud, con un importante déficit democrático y su sorprendente e injusta presidencia de la sección de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas. Es el lobo cuidando a las ovejas. 
Erdogan abre una puerta oriental mientras da un portazo en la occidental. Pero no es un giro permanente sino la ocasión de conseguir nuevas ventajas del amedrentado Occidente ante la perspectiva de las nuevas alianzas del menos europeo de los países de la OTAN.

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