El Reino de Arabia
Saudí
El reino de Arabia lo recibe la familia Saud como pago por
la ayuda a los ingleses para desmembrar el imperio otomano. Con el
acuerdo secreto Sykes-Picot, Londres y París se reparten los despojos en 1916,
quebrando las promesas de independencia hechas a los árabes sobre un panorama
de revueltas desde Afganistán hasta Egipto.
Comenzó la abundancia en la amplia familia real saudí
mientras algunas hambrunas azotaban zonas del interior de los más de dos
millones de kilómetros cuadrados del país.
Los santos lugares
El Reino tiene una cierta preeminencia dentro del mundo
musulmán porque en su interior están las ciudades santas del Islam: la Meca y
Medina. La peregrinación a la Meca es una de las cinco columnas del Islam, junto con confesar la unidad (
tawhid) de Dios y
que Mahoma es su profeta, la oración cinco veces al día, el ayuno del mes de
ramadán y el
zakat o limosna. Cada año, millones de musulmanes de todo el mundo
acuden a Arabia Saudí para realizar los rituales del
Hajj, la peregrinación. La Casa de Saud, gobernante de los Santos
Lugares, recibe millones en divisas y los
mullahs
pagados por ella predican e influyen sobre los que llegan. La peregrinación no
ha estado exenta de choques violentos y muertos en las revueltas con
peregrinos chiitas a los que Riad les ha puesto cuotas de asistencia.
Wahabismo
Dentro del Islam sunnita, el Reino practica el wahabismo, considerado
una forma extrema de Islam tradicional. Su fundador,
Mohammed ben Abdel Wahhab(1703-1792), ordenó tomar al pie de la letra cada palabra del Corán. Sus
seguidores hacen una
salafiya:
imitación de la vida del profeta Mahoma. Es la religión oficial de Arabia
Saudita, de Qatar y del Emirato de Sharjah. También la del Frente Al Nusra,
Daesh y Al Qaeda.
Los wahabitas añaden una sexta columna al Islam: la yihad
para convertir o exterminar a los infieles, los malos creyentes y los
apóstatas. Sus víctimas son los chiitas, los sufíes, la mayor parte de los
sunnitas, los cristianos coptos y maronitas, los yazdíes... Además de la
cuestión religiosa, el wahabismo hace de la violencia una dimensión
estructural.
La sombra de la
sospecha
El Reino está bajo la sombra de la sospecha. De su seno
surgió
Al Qaeda. Su fundador, Osama Ben Laden, era saudí como también lo eran
15 de los 19 terroristas que se estrellaron en Estados Unidos el 11 de
septiembre de 2001. Las ayudas a los yihadistas que actúan en Libia, Iraq y Siria
proceden de bolsillos saudíes, son ellos también quienes negocian las compras
de armamento que entregan a través de terceros, como Turquía.
Larry Johnson, excolaborador de la CIA, acusa: "El
principal problema para evaluar la amenaza terrorista es definir con certeza el
patrocinio del Estado. A diferencia de hace 20 años, los mayores culpables hoy
son Paquistán, Arabia Saudita y Turquía. Irán, a pesar de los desvaríos de su
sector de derechas/neocon, no es tan activo en el fomento o facilitación del
terrorismo". Los tres principales patrocinadores del terrorismo en el
mundo hoy en día son aliados de Estados Unidos.
|
El príncipe Bandar y el lider ruso Vladimir Putin |
La presión que ejerce Washington muy discretamente hizo que,
el pasado 30 de enero, el nuevo rey saudita terminara con los privilegios del
príncipe Bandar, protector de Daesh-Estado Islámico, y prohibió cualquier apoyo
a ese grupo, reduciendo el perfil del reino en la manipulación del terrorismo
internacional, función que le había confiado la CIA después de la revolución
islámica iraní de 1979.
Con todo, este mes de marzo, el
gran muftí de Arabia Saudita,
el jeque Abdul Aziz bin Abdullah, máxima autoridad religiosa del país, ordenó a
los musulmanes que destruyan todas las iglesias en la Península Arábiga después
que legisladores de Kuwait aprobaron leyes que prohíben la construcción de
lugares de culto asociados con el cristianismo.
Arabia Saudí, el
dólar y el petróleo
La Alianza entre Estados Unidos y Arabia Saudí tiene mucho
calado. Con su peso dentro de la
Organización de Países Exportadores de Petróleo y con sus
reservas puede hacer oscilar el mercado según su conveniencia pero hace algo
más. Riad sustenta a la economía norteamericana cuando es el país que impone
que la factura de la energía se pague en dólares. Otras propuestas de cobrar en
euros y otras divisas se han diluido frente a la resistencia de Arabia Saudí.
La demanda mundial de dólares para comprar petróleo es uno
de los puntales de la economía de Estados Unidos que tiene, así, una de sus
columnas en el Reino de los Saud, cuya seguridad garantiza. Una alianza difícil de romper.