29 marzo 2015

El Reino de los Saud

El Reino de Arabia Saudí
El reino de Arabia lo recibe la familia Saud como pago por la ayuda a los ingleses para desmembrar el imperio otomano. Con el acuerdo secreto Sykes-Picot, Londres y París se reparten los despojos en 1916, quebrando las promesas de independencia hechas a los árabes sobre un panorama de revueltas desde Afganistán hasta Egipto.

Comenzó la abundancia en la amplia familia real saudí mientras algunas hambrunas azotaban zonas del interior de los más de dos millones de kilómetros cuadrados del país.

Los santos lugares
El Reino tiene una cierta preeminencia dentro del mundo musulmán porque en su interior están las ciudades santas del Islam: la Meca y Medina. La peregrinación a la Meca es una de las cinco columnas del Islam, junto con confesar la unidad (tawhid) de Dios y que Mahoma es su profeta, la oración cinco veces al día, el ayuno del mes de ramadán y el zakat o limosna. Cada año, millones de musulmanes de todo el mundo acuden a Arabia Saudí para realizar los rituales del Hajj, la peregrinación. La Casa de Saud, gobernante de los Santos Lugares, recibe millones en divisas y los mullahs pagados por ella predican e influyen sobre los que llegan. La peregrinación no ha estado exenta de choques violentos y muertos en las revueltas con peregrinos chiitas a los que Riad les ha puesto cuotas de asistencia.

Wahabismo
Dentro del Islam sunnita, el Reino practica el wahabismo, considerado una forma extrema de Islam tradicional. Su fundador, Mohammed ben Abdel Wahhab(1703-1792), ordenó tomar al pie de la letra cada palabra del Corán. Sus seguidores hacen una salafiya: imitación de la vida del profeta Mahoma. Es la religión oficial de Arabia Saudita, de Qatar y del Emirato de Sharjah. También la del Frente Al Nusra, Daesh y Al Qaeda.

Los wahabitas añaden una sexta columna al Islam: la yihad para convertir o exterminar a los infieles, los malos creyentes y los apóstatas. Sus víctimas son los chiitas, los sufíes, la mayor parte de los sunnitas, los cristianos coptos y maronitas, los yazdíes... Además de la cuestión religiosa, el wahabismo hace de la violencia una dimensión estructural.

La sombra de la sospecha
El Reino está bajo la sombra de la sospecha. De su seno surgió Al Qaeda. Su fundador, Osama Ben Laden, era saudí como también lo eran 15 de los 19 terroristas que se estrellaron en Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001. Las ayudas a los yihadistas que actúan en Libia, Iraq y Siria proceden de bolsillos saudíes, son ellos también quienes negocian las compras de armamento que entregan a través de terceros, como Turquía.

Larry Johnson, excolaborador de la CIA, acusa: "El principal problema para evaluar la amenaza terrorista es definir con certeza el patrocinio del Estado. A diferencia de hace 20 años, los mayores culpables hoy son Paquistán, Arabia Saudita y Turquía. Irán, a pesar de los desvaríos de su sector de derechas/neocon, no es tan activo en el fomento o facilitación del terrorismo". Los tres principales patrocinadores del terrorismo en el mundo hoy en día son aliados de Estados Unidos.

El príncipe Bandar y el lider ruso Vladimir Putin
La presión que ejerce Washington muy discretamente hizo que, el pasado 30 de enero, el nuevo rey saudita terminara con los privilegios del príncipe Bandar, protector de Daesh-Estado Islámico, y prohibió cualquier apoyo a ese grupo, reduciendo el perfil del reino en la manipulación del terrorismo internacional, función que le había confiado la CIA después de la revolución islámica iraní de 1979.

Con todo, este mes de marzo, el gran muftí de Arabia Saudita, el jeque Abdul Aziz bin Abdullah, máxima autoridad religiosa del país, ordenó a los musulmanes que destruyan todas las iglesias en la Península Arábiga después que legisladores de Kuwait aprobaron leyes que prohíben la construcción de lugares de culto asociados con el cristianismo.

Arabia Saudí, el dólar y el petróleo
La Alianza entre Estados Unidos y Arabia Saudí tiene mucho calado. Con su peso dentro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y con sus reservas puede hacer oscilar el mercado según su conveniencia pero hace algo más. Riad sustenta a la economía norteamericana cuando es el país que impone que la factura de la energía se pague en dólares. Otras propuestas de cobrar en euros y otras divisas se han diluido frente a la resistencia de Arabia Saudí.

La demanda mundial de dólares para comprar petróleo es uno de los puntales de la economía de Estados Unidos que tiene, así, una de sus columnas en el Reino de los Saud, cuya seguridad garantiza. Una alianza difícil de romper.

No hay comentarios: